Casa del Duque

Parece que regresas a mediados del siglo pasado al cruzar el umbral. Maderas, cobre y luces amarillas crean un ambiente único donde el vino cobra protagonismo. Sólo te falta el olor a alcanfor.

La Casa del Duque, en la zona de la Buhaira, presenta una cocina tradicional con un ligero toque actual. Platos y tapas con muy buena presentación y mejor servicio.

Acompañado por un blanco semidulce, la Fantasía de berenjena es una tapa compuesta por berenjena rellena de pollo y queso gratinado, poco gratinado. Aun así estaba bien coronado por orégano, que le aportaba ese toque especial.

La cazuelita de Fideos negros con gambas y alioli me dejó un rato probandolo porque no me cuadraban algunas cosas. Fideos algo duros, pero no por falta de cocción, y manchas de aceite salpicadas por el borde de la vajilla. Daba la sensación de haberlo cocinado anteriormente y recalentado en microondas. Hay muchísimos platos que están mas sabrosos de un día para otro, pero no si lo recalientan en micro, en lugar de hacerlo en un recipiente al fuego. Y tanto decorar con alioli, había exceso de la salsa, por lo que se tapaba el sabor de la tinta.

Por último, una tapita con una presencia brutal: Dados de atún con cebolla caramelizada. Salvo que para mi gusto estaba el atún más hecho de lo que le pide el plato, el sabor era muy bueno. La cebolla acompaña perfectamente y le daba más jugosidad. Todo sobre una base de salmorejo que terminaba de darle un toque más intenso.

En la carta especifican claramente los alérgenos e inspira confianza para celiacos.

La cuenta no llegó a los 15€ y quede totalmente saciado.

El camarero siempre estuvo muy atento, amable y con simpatía, a la vez que ofreciendo un trato muy correcto.

Por el servicio, porque tiene platos interesantes que quiero seguir probando y por el conocimiento en vinos que medejó entreveer el camarero, quiero volver, y disfrutar de la estancia dejándome asesorar.